El término Passivhaus, casa pasiva en alemán, hace referencia a una arquitectura que, a través de su diseño, aprovecha la energía y climatología de su entorno para obtener unas condiciones de confort en el interior del edificio sin la necesidad de utilizar sistemas activos de climatización.

Estos edificios se caracterizan por tener una implantación y orientación que permiten conseguir que el sol sea la principal fuente de calefacción. El resto de energía necesaria para la climatización se puede cubrir fácilmente con sistemas de captación de energías renovables y un consumo energético muy reducido, llegando a unos ahorros entorno al 70-80% con respecto a un edificio convencional de finales del siglo XX.

Para alcanzar estos objetivos, hay 6 conceptos a considerar e implementar desde las fases más iniciales de un proyecto arquitectónico.

1- Aislamiento térmico óptimo

Los edificios necesitan aislarse térmicamente del ambiente exterior para poder ofrecer confort a sus usuarios. Generalmente, un edificio pasivo dispone de más aislamiento en sus cerramientos exteriores (envolvente térmica) que uno convencional, superando lo exigido en la normativa actual.

2- Carpinterías de altas prestaciones

De nada serviría tener una fachada muy bien aislada si no disponemos de ventanas que nos ofrezcan una buena estanqueidad y protección térmica.

Mediante marcos y cristales con transmitancias térmicas muy bajas conseguimos que en los puntos más débiles de la envolvente no se pierda tanta energía. Por otra parte, los cristales también se configuran para controlar la cantidad de radiación solar que dejan pasar hacia el interior, logrando un mayor control en el sobrecalentamiento del edificio durante el verano.

3- Ausencia de puentes térmicos

Un puente térmico es un punto singular en la envolvente térmica del edificio, ya sea por su geometría o por cambios en su composición. Esta singularidad provoca que el flujo de energía sea superior al del resto de la envolvente y, por tanto, será un lugar por donde perdamos calor en invierno o ganemos calor en verano. El diseño pasivo busca minimizar estos puentes térmicos y medirlos para asegurar que la pérdida energética es la mínima posible.

4- Alta hermeticidad al aire

Un factor que genera grandes pérdidas energéticas en edificios convencionales son las infiltraciones de aire, es decir, puntos por donde el aire del exterior entra hacia el interior provocando que la energía que hemos usado para climatizar se vaya perdiendo paulatinamente. Es por eso que los edificios pasivos buscan tener una envolvente muy hermética, logrando que estas infiltraciones sean mínimas.

Para comprobar la hermeticidad, se realiza un test Blower Door, una prueba que, mediante un ventilador instalado en la puerta de acceso del edificio, genera una diferencia de presión de 50 Pascales (Pa) entre el interior y el exterior del edificio y mide el volumen de aire que está insuflando en comparación con el volumen interior.

Esta relación de volúmenes se mide en renovaciones de aire por hora (ren/h). En edificios pasivos, la hermeticidad suele estar en torno a las 0,6 ren/h, mientras que en edificios convencionales esta hermeticidad suele estar entre 6 y 10 ren/h, es decir, alrededor de 10 veces más infiltraciones de aire, con la pérdida energética que conlleva.

5- Ventilación mecánica con recuperador de calor

Aunque la envolvente sea muy hermética, para garantizar un ambiente saludable en el interior, el aire debe renovarse, es decir, tenemos que expulsar el aire viciado hacia el exterior e introducir aire fresco en el interior.

Para poder hacer esta renovación sin perder la energía que se ha utilizado para climatizar, la ventilación de los espacios interiores se realiza mediante un sistema de ventilación mecánica con recuperador de calor. Este sistema nos permite pasar parte de la energía del aire interior viciado al aire fresco que introducimos en el edificio sin que se mezclen. Por ejemplo, si el aire interior se encuentra a 20ºC y el exterior a 5ºC, el aire que expulsamos calentará el aire fresco que estamos introduciendo, logrando que llegue al interior de la vivienda a una temperatura en torno a los 17ºC.

Este sistema suele estar en funcionamiento las 24 horas del día, lo que permite, al mismo tiempo, tener un aire interior con concentraciones saludables de CO2 aunque el edificio se encuentre en una gran ciudad. Además, la instalación dispone de filtros que evitan la entrada de contaminación, polvo, polen y otras partículas en suspensión.

6- Protección solar

En territorios como el de Cataluña o España, es importante diseñar correctamente los elementos de protección solar. Sin ellos, el edificio se debería refrigerar continuamente durante la época estival debido a que la radiación del sol calentaría el interior y la envolvente térmica bien aislada no dejaría disipar este calor. Las estrategias de protección solar deben evitar la entrada del sol a lo largo del verano y dejarlo entrar durante el invierno con el fin de aprovechar su aportación de calor.

Todos estos factores, combinados entre ellos, permiten que un edificio necesite muy poca energía para su funcionamiento al mismo tiempo que se logran unas condiciones interiores saludables y con un elevado nivel de confort.

Certificación Passivhaus

La certificación Passivhaus nace en Alemania en 1996 con la fundación del Passivhaus-Institut. Este organismo es el encargado de verificar que un edificio cumple con las condiciones necesarias para obtener la certificación. El sello Passivhaus garantiza un alto grado de calidad en la construcción del edificio y nos asegura unas prestaciones que se traducirán en ahorro energético, confort y un ambiente interior saludable. La tramitación se realiza a través de una entidad certificadora que realiza el seguimiento durante la fase de proyecto y de ejecución al mismo tiempo que actúa como intermediaria con el Passivhaus-Institut.

Los criterios a cumplir para obtener la certificación son los siguientes:

DEMANDA CALEFACCION

15 kWh/(m2·año)

DEMANDA REFRIGERACION

15 kWh/(m2·año)

HERMETICIDAD

0,6 ren/h

DEMANDA ENERGIA PRIMARIA

60 kWh/año

Por otra parte, el instituto también promueve la formación de técnicos para que puedan diseñar correctamente edificios pasivos. El sello Passivhaus Designer garantiza que el técnico en cuestión posee los conocimientos necesarios para desarrollar un proyecto cumpliendo con todos los criterios anteriores.

eduard@lmdarquitectura.com

615 145 755

Carrer St. Josep 31 – 08202 Sabadell

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